Generalmente los procesos de divorcio suelen ser un tanto más complejos y complicados para la pareja que ha tomado la decisión de hacerlo.

En alguno de los casos de divorcio y donde ambas partes han logrado llegar a tal consenso este proceso se torna un poco más factible que en el caso de que solamente uno esté solicitándolo.

 

Lamentablemente no bastando con lo difícil que puede ser para ambos cónyuges enfrentar una separación, esta se torna un poco más grave cuando ya hay hijos de por medio. Y principalmente cuando estos están en edades tempranas.

 

Los infantes suelen enfrentar el divorcio de sus padres de una manera sumamente dolorosa algunos de los niños reflejan esta situación principalmente en su comportamiento y en su socialización.

Algunos de los niños que llevaban una infancia normal y se desarrollaban socialmente con normalidad tienen a mostrarse retraídos, irritables, molestos e incluso violentos cuando sus padres comienzan a atravesar por un proceso de divorcio.

Siendo la escuela y la casa los primeros núcleos de socialización de los niños estas manifestaciones causadas por el trauma de un divorcio suelen darse con mayor frecuencia dentro de la segunda puesto que en casa tienen miedo a una reprimenda por parte de alguno de los progenitores.

 

Uno de los estragos más grandes que los divorcios pueden causar en los niños es la pérdida de la identidad familiar de estos, es decir; ellos identificaban a su persona en relación a una familia conformada por papá y mamá, y hermanos si es que los hay, cuando un divorcio llega a puertas este vínculo familiar concebido por los niños y niñas se rompe, y ellos ya no saben si es que han perdido una familia, o es que tendrán dos, y cuál de ellas será la familia verdadera, aquella en la que pasarán más tiempo aquél lugar al que puedan llamar hogar, o con quien deberán comportarse de mejor manera, entre otras cosas.

 

Otros infantes atraviesan por un sentimiento incompatible de culpabilidad. Ellos se sienten causantes de las peleas entre sus padres, y constantemente suelen echarse la culpa de todo lo que sucede en casa, de las peleas, de los gritos, del distanciamiento de sus padres, los niños que experimentan un sentimiento de culpa tienden a tener un comportamiento antisocial, se aíslan del resto de sus grupos de amigos, comienzan a manifestar una clara tendencia a querer llamar la atención, ya sea con un comportamiento débil o con algunas malas conductas como responder de mala forma a sus mayores, pelear constantemente con el resto de sus amigos, encerrarse en lugares como armarios u ocultarse bajo las mesas y tienden a llorar constantemente o experimentar sensaciones de abandono.

Es de suma importancia que si los niños y niñas comienzan a manifestar algún tipo de conducta como estas los padres de familia acudan prontamente a buscar ayuda y terapia psicológica que pueda ayudar al niño y niña a enfrentar y superar esta etapa  con ayuda profesional, especializada y personalizada.

Siempre se ha dicho que cuando se tienen hijos y llega un inesperado divorcio los que peor parte se llevan son los hijos, pues bien, ahora os vamos a explicar qué medidas tomar cuando se dan estos casos, unos casos de los que nunca es agradable tratar.

El divorcio con hijos es posible tratarlo, siempre y cuando los hijos sean menores de edad, los padres tienen que poner de su parte y colaborar en todo lo que puedan para que a los niños no les queden secuelas graves.

Para realizar un divorcio con hijos, si al final decide realizarse por el juzgado lo primordial es acudir a un abogado que lleve este tipo de casos, ellos seguro que te pueden asesorar de la mejor manera, el cónyuge que tenga la custodia de los hijos tendrá derecho a recibir la llamada pensión alimenticia.

Si dicho cónyuge abandona la casa y se niega a realizar esa manutención la otra parte puede presentar una demanda por vía de su abogado, el cual se encargará de llevarlo ante el juez y allí se determinará judicialmente cual es el valor de la pensión, siempre y cuando basándose en los ingresos y gastos de la persona culpable.

Sobre todo hay que saber que bajo ningún concepto la persona que al final abandone la casa puede desinteresarse de la responsabilidad que se le ha otorgado, ya que aunque exista divorcio, esto no le exime de la manutención de sus hijos.