El acoso laboral o mobbing está definido por la Organización Mundial de la salud como una situación de violencia recurrente contra una persona, que provoca su aislamiento y que se caracteriza por acciones crueles y hostiles que se transforman paulatinamente en una tortura psicológica para la víctima y que genera trastornos tanto físicos como emocionales.
Actualmente dichas conductas están penadas legalmente en muchos países.
Lo primero que debe hacerse es identificar si estamos ante una situación de acoso. Una discusión eventual con un compañero o una diferencia con el jefe no siempre es considerada como acoso. Ahora bien, si te enfrentas a diario con insultos, maltrato, burlas, amenazas y aislamiento, ya estaríamos hablando de acoso.
Si se trata de los compañeros en la misma línea jerárquica intenta solventarlo a través de tu superior. Si se trata de un superior intenta solventarlo a través de la gerencia de Recursos Humanos. Plantea la situación no solo verbalmente sino también por escrito que sea firmada y sellada por quien te haya atendido.
Si la vía de la conciliación no funcionó entonces dirígete al representante o delegado de la comisión de seguridad y salud laboral de tu empresa, este debe formular la demanda ante la comisión, en caso que no exista dirígete a algún representante legal con el que cuente la empresa para asistir a los trabajadores.
Si la solicitud no prospera y el acoso persiste, debes acudir a organismos externos gubernamentales para presentar el caso.
Por lo general serás evaluado por psicólogos y médicos laborales para determinar en qué grado estas siendo afectado, levantar el informe e introducir formalmente la demanda.
No debes permanecer callado soportando situaciones que atenten contra tu salud mental, física y tu desempeño. recuerda que el derecho laboral te asiste y protege.
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