La mayoría de inversores que operan dentro del mercado de acciones habitual han aprovechado el comercio de divisas, convirtiéndose en operadores de divisas y swaps bastante activos en los últimos años, es innegable que el mercado de divisas brinda muchísimas ventajas comparado con las operaciones tradicionales que los inversores tradicionales prefieren y es un mercado que diariamente continúa obteniendo gran popularidad en la medida en que más personas comienzan a interiorizar sus ventajas financieras.
Una de las principales oportunidades que tiene un inversor es destinar su dinero en renta variable, como bien se sabe se designa a la renta variable a todos aquellos activos financieros, que tienen un comportamiento volátil, donde el riesgo es la premisa y la rentabilidad una oportunidad.
Los portafolios ofrecidos por muchas casas de corretaje, ofrecen la oportunidad de poder acceder a distintos activos financieros de renta variable, entre estos tenemos las bien conocidas acciones y una quizás no muy conocida llamada divisas. Este tipo de operación suele basar sus líneas en compra y venta de moneda extranjera.
Algunos de los que ya conoce este tipo de portafolios saben muy bien de las bondades en términos de rentabilidad, pues operar en el mercado más liquido de mayor cobertura que pueda existir en el mundo, solo representa una solo virtud: ganar dinero. Claro está que otros no apetecen mucho de este posibilidad pues el riesgo de pérdida es una constante.
La metodología de operación en estos activos, se basa en comprar y vender divisas (moneda extranjera) de las más altas denominaciones (Dólares, Euros, Dólares Canadienses, Francos Suizos, Yenes, Etc.), esto generalmente ofrece la condición de poder hacer cruces entre monedas ganando por el diferencial de cotización.
La rentabilidad para estas operaciones pueden ser tan impresionantes que muchos consideran este medio, una forma de poner rentar excedentes de capital, sin embargo en el mercado: a más ganancias mayor riesgo.